Fuera de programa: Hacia la prometida introducción de las estrategias en el aula de E/LE.

sábado, 30 de junio de 2007

Con los tres apartados anteriores hemos conseguido más o menos un aparato teórico básico a partir del que trabajar para sacar el máximo provecho posible a la explotación de las estrategias en el aula. En el primero hemos justificado su utilidad y definido el marco en el que vamos a trabajar. En el segundo hemos procurado una definición de andar por casa del concepto, intentando fijar los puntos esenciales que, a nuestro juicio, deberían tenerse en cuenta. En el tercer apartado finalmente hemos propuesto una clasificación muy rudimentaria, pero a nuestro entender muy útil, para el trabajo en el aula.

En las siguientes líneas intentaremos resumir cuáles son los cambios fundamentales que conlleva prestar especial atención a las estrategias en el aula, así como algunas líneas en las que profundizar a partir de esta concepción del proceso de enseñanza-aprendizaje centrado en esta competencia transversal en el aprendizaje que es la competencia estratégica.

La mayoría de los cambios de los que estamos hablando vienen determinados, claro está, por la nueva forma de entender al alumno, no ya como un ente estático, tabula rasa sobre la que verter los contenidos lingüísticos, sino como un agente social, con un pasado, unos intereses y unos objetivos a partir de los que pondrá en juego unas estrategias de aprendizaje para alcanzar su meta, cualquiera que sea. El profesor, así, ha de ser consciente de estas condiciones, y poner a disposición del alumno las herramientas necesarias para optimizar el proceso de aprendizaje. En este punto entra en juego esa nueva y necesaria atención a las estrategias de aprendizaje, ya que el profesor debe potenciar en el alumno los instrumentos para que éste pueda realizar un aprendizaje autónomo, guiado por elementos motivadores que permitan optimizar el rendimiento. El profesor, así, es mediador entre el aparato lingüístico (la lengua y todo lo que ella conlleva) y el alumno, y es responsabilidad de éste último la tarea del aprendizaje, que se concibe como una actividad autónoma, pero desarrollada en colaboración con el profesor y también con los demás alumnos. De ahí, ya lo comentamos antes, la importancia de concebir como sociales los espacios en los que el aprendizaje se lleva a cabo.

Todo esto conlleva además cambios en los manuales que han asumido esta filosofía, tales como la inclusión de más actividades reflexivas, de autoevaluación, etc. Pero, sobre todo, lo que destaca es que la cooperatividad juega un papel fundamental a lo largo de las lecciones, reemplazando el papel de ejercicios y cuadros gramaticales por actividades en las que a partir del trabajo en grupo se van descubriendo los entresijos de la lengua, siempre con elementos motivadores para el alumno, en los que se vean reflejados e implicados.

De otra parte, el nuevo rol que jugamos los profesores nos obliga a introducir nuevas herramientas en el aula, entre las que destacan, claro, las relacionadas con la web 2.0 y las herramientas colaborativas que ésta ofrece. A partir de ellas será más sencillo atender y gestionar elementos que, como los portafolios (del profesor o del alumno), contribuyan a ese aprendizaje autónomo y colaborativo.

A partir de aquí, lo que queda por ver es de qué maneras podemos potenciar la adquisición de estrategias de aprendizaje adecuadas. Para ello, claro, es imprescindible una reflexión general acerca del proceso de adquisición de lenguas, y en nuestro caso del aparato cognitivo ligado al español. La investigación acerca de cuáles son las herramientas colaborativas más adecuadas a este fin se convierte en objetivo primordial, ocupando un puesto destacado las derivadas de la web 2.0.

No podemos olvidar, sin embargo, nuestro papel de profesores en el aula, y nuestra práctica en el espacio físico no debe descuidarse tampoco en este aspecto. Otras herramientas colaborativas y reflexivas, sumadas a un aprendizaje en el que prima la construcción del conocimiento en un espacio social, parecen los aliados más adecuados para este planteamiento.

Tercera introducción al concepto de estrategia: ¿Una clasificación?

Para terminar de perfilar el concepto de estrategia más adecuado para el aprendizaje de lenguas, debemos centrar nuestra atención ahora en la tipología de estrategias que podemos considerar al respecto. Son muchas las clasificaciones que se han venido manejando desde los años 70, y muchas de ellas aparentemente incompatibles. Lejos de esta idea, nuestra intención es la de partir de la hipótesis de que la supuesta inconmensurabilidad de las clasificaciones propuestas viene determinada en muchos casos por la perspectiva de la que parten sus autores –no de los conceptos–, y que lograremos un avance muy positivo si conseguimos hacer compatibles éstas clasificaciones, usando cada una en función de nuestras necesidades en cada momento.

  • Una clasificación en función de la fase del proceso de aprendizaje implicada.

Parece fundamental, por intuitivo, que una primera clasificación parta de las distintas fases del proceso de aprendizaje. En este momento daremos por buena la caracterización del mismo que propone tres fases distintas, y que organiza las estrategias de aprendizaje como sigue:

  1. En la fase de obtención de información, el alumno recopila los datos necesarios para el aprendizaje de la lengua, en muy diversas maneras. Es este momento son especialmente útiles estrategias compensatorias (pedir aclaraciones, ejemplos,…), deductivas (a partir del conocimiento que el alumno tiene del mundo,…), etc.
  2. En la fase de almacenamiento de información destacan las estrategias dirigidas a memorizar los datos de manera que éstos puedan recuperarse en el futuro. Podemos hablar aquí de asociaciones, contextualizaciones, ensayos mentales y numerosos otros recursos dirigidos a este fin.
  3. Finalmente, en la fase de recuperación y uso debemos incluir estrategias como la repetición, el ensayo, la aplicación consciente de reglas de cara a automatizarlas o la autorregulación del proceso de comunicación. También debemos incluir, claro, estrategias compensatorias.
  • Una clasificación en función de la naturaleza de la estrategia implicada.

La clasificación que acabamos de ver, aunque útil para una comprensión inicial, parece insuficiente, sobre todo por superficial y poco compatible con un planteamiento como el nuestro en el que la distinción entre las tres fases del aprendizaje propuestas no es tan clara. Por eso, con vistas a una clasificación más acorde, parece adecuado combinar lo visto con una propuesta que parta de la misma naturaleza de las estrategias. Así, podemos hablar de cuatro grandes grupos:

  1. En el grupo de las estrategias cognitivas, las más conocidas, incluiremos todas aquellas actividades y procesos mentales que los aprendientes realizan de manera consciente o inconsciente para mejorar la comprensión del lenguaje, su asimilación, su almacenamiento en la memoria, su recuperación y su posterior utilización. Se caracterizan sobre todo por la manipulación de la lengua meta, o su transformación.
  2. Dentro de las estrategias metacognitivas se incluyen aquéllas que permiten observar y controlar el proceso de aprendizaje, pero son externas a éste. Se centran en los procedimientos que permiten saber en qué consiste aprender, saber cómo se aprenderá mejor y saber cómo es uno mismo a la hora de aprender (aptitudes y actitudes ante el aprendizaje).
  3. Las estrategias socioafectivas conforman el tercer grupo y refieren a las decisiones y comportamientos que los aprendientes adoptan con el fin de reforzar la influencia favorable o desfavorable de los factores personales y sociales en el aprendizaje.
  4. Finalmente, las estrategias comunicativas son las que permiten al aprendiente mantener la comunicación ante dificultades imprevistas.

Segunda introducción al concepto de estrategia: ¿Una definición?

No es sencillo delimitar de manera concisa y unívoca el concepto de estrategia. Si intentamos cercarlo, rápidamente escapa por alguna rendija de forma que bajo cierta comprensión del concepto, todo es estrategia. De otro lado, contamos con la ventaja de que si partimos de una definición más laxa del concepto la comprensión se hace mucho más asequible.

Por ese motivo, parece oportuno comenzar por una definición como la que sigue, tomada del Diccionario de la RAE:

Estrategia. (Del lat. strategĭa, y este del gr. στρατηγία).

  1. f. Arte de dirigir las operaciones militares.
  2. f. Arte, traza para dirigir un asunto.
  3. f. Mat. En un proceso regulable, conjunto de las reglas que aseguran una decisión óptima en cada momento.

A partir de esta definición, y teniendo en cuenta sobre todo las acepciones 2 y 3, podemos, por ejemplo, decir que cuando cogemos una silla para alcanzar un bote de galletas que está demasiado alto estamos usando una estrategia. Ahora bien, si lo pensamos un poco, ¿en qué acción no hacemos uso de ellas, ya sea de manera consciente o inconsciente?

Pero aceptado esto, que todo es estrategia, ¿no podemos sentar una definición más adecuada a nuestros propósitos? ¿Cómo encajar esta definición con la enseñanza del español como lengua extranjera? En principio parece que podría funcionar tal cual, sobre todo si tenemos en cuenta la tercera acepción, pero parece adecuado precisar más. Sugerimos que una propuesta inicial podría ser la siguiente:

En el contexto de la enseñanza de lenguas, llamaremos estrategias al conjunto de procesos mentales (conscientes e inconscientes) y actividades que permiten al alumno tomar decisiones de manera óptima y eficaz, ya sea durante el proceso de aprendizaje o en el uso de la lengua que está aprendiendo.

De esta forma, con esta primera definición provisional atendemos dos puntos importantes: a) De un lado, ponemos de manifiesto que no todas las estrategias son conscientes y que muchos de los procesos mentales que determinan el aprendizaje de la lengua no son de carácter intencional. b) De otro, que las estrategias se ponen en juego no sólo durante el proceso de aprendizaje, sino también en el uso de la lengua, asunto fundamental, sobre todo si tenemos en cuenta que el precepto de los nuevos enfoques metodológicos es que se aprende haciendo, haciendo imposible distinguir cuándo se hace y cuándo se aprende.

Primera introducción al concepto de estrategia: ¿Por qué?

Aunque el tema de las estrategias cada vez es más tratado en artículos, memorias de máster y manuales, pocas veces existe un tratamiento intencionado, de las mismas en clase, generalmente porque existe cierta distancia entre el tratamiento teórico y la puesta en práctica. De ahí que en los últimos meses mi intención fuera tratar el tema desde una perspectiva que pusiera en contacto los dos ámbitos, el teórico y el práctico.

Para ello, claro, hace falta partir de un aparato teórico más o menos coherente que sustente la posterior práctica, y por eso me decidí a escribir estas líneas, con la intención de aclarar en la medida de lo posible los conceptos fundamentales que me permitieran emprender ese tratamiento del concepto con garantías.

Pero, ¿es imprescindible tratar este tema y preocuparse de él en el aula? ¿No es un asunto de psicólogos y teóricos del aprendizaje? ¿Debe el profesor preocuparse de algo más que de enseñar la lengua tal y como se ha venido haciendo siempre? Cuestiones personales y metodológicas aparte, los profesores de E/LE tenemos dos buenas razones para prestar la debida atención a las estrategias, a saber, el establecimiento de los Niveles de referencia del español a partir del MCER y el nuevo Plan Curricular del Instituto Cervantes. Estos dos documentos ayudarán al cambio metodológico que viene desarrollándose desde hace unos años, y que, sobre todo con el PCIC, terminará por hacerse práctica común dentro de poco. Estamos hablando de una nueva concepción del proceso de enseñanza-aprendizaje en el que el constructivismo tiene mucho que decir, de forma que los elementos esenciales de este aprendizaje van a sufrir una transformación:

  • De un lado, el alumno se define ahora a partir de una triple perspectiva como un agente social (que interactúa en una lengua), como un hablante intercultural (que se relaciona en un sistema social complejo, con varias culturas en juego) y como un aprendiente autónomo (que ha de ir ganando autonomía en la lengua).
  • Considerando lo anterior, estamos obligados a otro cambio, a una nueva comprensión del profesor en el aula, no tanto como fuente de conocimiento de la lengua y modelo lingüístico, sino como otro agente social que juega el papel de guía del alumno en el aprendizaje y mediador entre el sistema lingüístico (entendido de forma compleja) y el aprendiz.
  • Finalmente, también debemos reconsiderar el papel del espacio en el que se produce el aprendizaje, ya que éste jugará un papel fundamental en un doble sentido: de un lado se convierte en un espacio social en el que se producen interacciones entre los agentes sociales. De otro se convierte en un espacio complejo que va más allá de las paredes del aula y se amplía a nuevos espacios (por ejemplo, internet) que son también escenario del aprendizaje.

Sentando las bases

Las próximas entradas no son más que un pequeño resumen-refrito de los contenidos que se incluyen en mi trabajo final para el II CVELE. Lo que he querido hacer es simplemente intentar sentar unas bases simples sobre las que seguir trabajando. Actualizando el viejo refrán, en versión no apta para cardiacos, todo está en versión beta, menos la muerte.

Aquí las tres partes:

  1. Primera introducción al concepto de estrategia: ¿Por qué?
  2. Segunda introducción al concepto de estrategia: ¿Una definición?
  3. Tercera introducción al concepto de estrategia: ¿Una clasificación?

Si saco un poco de tiempo esta semana, modificaré el pps anterior para adaptarlo a los contenidos tal como están presentados aquí.

Una definición de "estrategia"

martes, 26 de junio de 2007

Ayer, revisando los apuntes que he ido haciendo sobre el tema de las estrategias me dí cuenta de que la definición que se ha ido montando en mi cabeza no está nada mal. De un lado porque parte de una consideración bastante intuitiva de lo que es una estrategia. De otro, porque no es estrecha y da dará cabida a bastantes alternativas (esto aún no tengo claro si será positivo o negativo a la larga).

Durante el taller quedó patente que, aunque muchos profesores no prestan especial atención al asunto de las estrategias, sí que son conscientes de su existencia, su importancia y, sobre todo, del hecho de que trabajarlas activamente nos ayuda en nuestra tarea docente. En algún momento se habló de "estrategias de grupo", cosa que, por otra parte, yo no me había planteado nunca hasta ahora. Reconozco que incluso me cuesta comprender un poco la idea ya que, si entendí bien, el asunto se relaciona con las dinámicas de grupo y el trabajo del profesor con los alumnos, entendiendo a éstos como un ente. Reconozco que el asunto da de sí, pero, finalmente lo dejamos a un lado para centrarnos en un concepto de estrategia tal como yo traía de casa, como sigue:

En el contexto de la enseñanza de lenguas, llamaremos estrategias al conjunto de procesos y actividades que permiten al alumno tomar decisiones de manera óptima y eficaz, ya sea durante el proceso de aprendizaje o en el uso de la lengua que está aprendiendo.

 Reconozco algunos inconvenientes a esta definición beta:

  • Para empezar, es una definición que parece entender las estrategias como procesos conscientes y consistentes, cuando más bien son todo lo contrario. Algunas hay, sí, que aplicamos de manera consciente, pero son más las que forman parte de nuestros procesos mentales, como las subrutinas de los programas de ordenador que nos permiten realizar otros procesos más complejos. Intenté solventar este asunto tratando de distinguir entre procesos (mentales) y actividades -cosas que hacemos-, pero no sé si el asunto vence convenciendo. Más bien me parece un mal parche.
  • De otra parte está el asunto de las decisiones óptimas y eficaces. Si bien parece que incluir este matíz no está de más, si podríamos atinar un poco y decir que las estrategias serán óptimas y eficaces en función del contexto y de los protagonistas.

Hay alguno más, pero creo que lo voy a dejar para vosotros. ¿Alguna sugerencia? También podéis hacer comentarios sobre el asunto de las "estrategias de grupo", que me sigue intrigando. 

Cuenta atrás.

domingo, 24 de junio de 2007

Aprovechando que en pocos días tengo que entregar el texto definitivo para el CVELE, voy a hacer un repaso de todos los puntos que voy a tocar, a partir del Power Point de la entrada anterior.

He pensado que lo mejor es empezar por justificar el título (aunque bien podía no haberlo hecho). 

 Título

Mi intención era dejar claro desde un principio cuáles iban a ser los puntos fuertes de la presentación. El trabajo parte de algunas de las lecturas que aparecen en la bibliografía, pero también de la reflexión personal y la experiencia de los últimos meses de clases.

  • Así, de un lado, aparece ese Introduciendo las estrategias en la clase de E/LE, que explica cuál es el objetivo principal: partir de una reflexión que permita desarrollar una conciencia de las prácticas docentes dirigidas al tratamiento de las estrategias. Para eso, claro, intento justificar el asunto con un aparato teórico lo suficientemente "sólido", apoyándome sobre todo en lo que se avecina con el nuevo PCIC y las nuevas metodologías constructivistas.
  • El otro, por razones obvias (pero que explicaré más adelante) es el uso de las nuevas tecnologías para el desarrollo de las estrategias del alumnado. En principio la intención no era otra que la de enunciar las posibilidades, ya que ir más lejos sería escribir un trabajo distinto. Quizá a partir del nuevo COFB de Proele que comenzamos mañana mismo pueda desarrollar más el asunto...

Con esto, creo que quedaban claros cuáles iban a ser los dos ejes principales. El tema tiene muchas ramificaciones a partir de aquí, que darían para mantener este blog durante mucho tiempo, pero espero que quede claro cuál es el alcance del asunto hasta el momento.

Una tapilla

martes, 19 de junio de 2007

Entre la mudanza a Wordpress y demás asuntos, tenía un poco abandonado el blog. Hoy le quito un poco el polvo, y además de la entrada anterior, os cuelgo aquí la presentación de la Jornada de formación que celebramos en el Instituto Cervantes de Utrecht el pasado 1 de Junio. Para ir abriendo boca.



Nota: Esta presentación es la misma que utilicé en la Jornada de formación, sin los comentarios ni las explicaciones. En los próximos días iré actualizando con las diapositivas y aspectos que me parecen más relevantes.

¿Qué estrategia?

Visitando el PRP de Maribel se me ha ocurrido la mejor excusa para retomar el blog. Todavía estoy trabajando en el asunto del Taller del 1 de Junio, pero no termino de decidirme en algunos aspectos. Creo yo que es porque estoy poco acostumbrado a vivir en beta.

Bien, pues comentaba Maribel algo acerca del tipo de estrategias que tenían o dejaban de tener sus alumnos, y el asunto me ha dado que pensar. Porque, si bien el tratamiento de las estrategias es fundamental, no parece estar tan claro que todas las estrategias deban tener el mismo peso en el aula de E/LE. ¿O sí?

Mi respuesta beta, después de pensar el asunto un par de minutos, es que no. Como profesores no debemos tener presentes todas las estrategias de las que pueden hacer uso nuestros alumnos en nuestras programaciones. Es más, hay tipos de estrategias que deberíamos dejar a un lado directamente. Si pensamos en las clasificaciones que hemos manejado antes y hablamos de estrategias cognitivas, metacognitivas y socioafectivas, me parece que los dos últimos grupos deben tener un lugar destacado cuando pensamos cómo vamos a trabajar en clase, mientras que las primeras, las estrategias cognitivas, pertenecen a un ámbito personal, individual, en el que cada alumno deberá tomar sus propias decisiones, porque él es el único que tiene las herramientas necesarias para ello. 

Más llano con un ejemplo. Existe una práctica muy extendida entre los estudiantes de idiomas a la hora de aprender vocabulario: hacer listas de palabras. Pues bien, yo soy enemigo acérrimo de esta práctica, estrategia cognitiva de rancio abolengo, no por nada en particular, sino porque personalmente no me dan resultado y me parece que no son un elemento imprescindible para el aprendizaje. Por no hablar de lo poco que encaja en el nuevo espíritu de enseñanza-aprendizaje... La conclusión clara es que yo NUNCA doy listas de vocabulario en mis clases. Quien quiera estudiar el vocabulario así lo tiene muy fácil, porque todo está en el libro o en el diccionario, pero debe ser consciente de que no es lo que vamos a hacer en clase.

¿Cuál es el papel del profesor de cara a este tipo de prácticas? Mi sugerencia es que en este punto el profesor sea alguien al que el alumno pueda recurrir para consultar técnicas de aprendizaje individual, pero poco más. Podemos aconsejar, sí, pero no emplear el tiempo de clase en ese tipo de prácticas.

No sé qué pensaréis. Mientras yole sigo dando vueltas, ahí debajo tenéis los comentarios para dejar una lista de sugerencias/quejas... Yo luego me la estudio   ;)

Examinando estrategias

miércoles, 6 de junio de 2007

He de confesar que aunque no terminaba (no termino) de configurar una buena articulación de todos los entresijos del tema de las estrategias, estoy muy satisfecho del taller que el pasado viernes celebramos en el Instituto Cervantes de Utrecht al respecto. Mi intención era dinamizar un poco más el asunto, pero la cosa quedó en una pequeña presentación de ideas por mi parte. Una lástima, porque lo interesante del tema -ya lo estuvimos discutiendo al final- era una puesta en común de cómo demonios evaluar la competencia estratégica en el aula de Español.

Al menos pusimos sobre la mesa un tema polémico y dificil, aunque fundamental tal y como van a evolucionar las cosas a partir de ahora. Dentro de poco no habrá más narices que pasar por el aro del Constructivismo aplicado a la enseñanza de lenguas, y hace falta que muchos nos pongamos las pilas. Espero que en el futuro podamos hacer un taller de verdad, dedicado exclusivamente a una reflexión de cómo tratamos las estrategias.

Tuvo muy buena acogida, eso sí, la presentación de las distintos blogs relacionados con la enseñanza de ELE. No cabe duda de que son un elemento fundamental para el desarrollo de las estrategias en nuestros alumnos, y como leí en algún blog "todo el mundo debería tener uno". Yo añado que todo profesor debería tener, al menos, dos: el suyo propio, personal, dedicado a la reflexión; y el de clase, para sus alumnos. Porque... qué bien viene un blog para desarrollar la autonomía... que al fin y al cabo, de eso se trata, ¿no?

Y hablando de autonomía, hoy mismo tengo programado un examen oral con mis alumnos de la Erasmus Universiteit, y precisamente la prueba pasa más por ser un examen de estrategias que un oral al uso... o al menos así lo he intentado. Inspirándome en una actividad de la Didactiteca he elaborado una serie de tarjetas con distintas pruebas que los alumnos deben ir pasando. El asunto es ponerlos a prueba: se van a enfrentar con vocabulario que no conocen, con frases hechas, role plays,... que deberán improvisar sobre la marcha. No gana quien más vocabulario sepa, sino quien salga mejor parado del envite.

Por lo demás, y sobre el prometido resumen del taller, pretendo ir colgando durante la próxima semana todos los contenidos, enriquecidos con las diapositivas del PowerPoint y los comentarios que hicieron los compañeros durante la exposición, que alguno interesante sí que hubo.

La cita

viernes, 1 de junio de 2007

Hoy celebraremos en el Instituto Cervantes de Utrecht una Jornada de Formación dedicada al tratamiento de las estrategias de aprendizaje, a partir de las 18.00. El encuentro tendrá formato de "Taller de reflexión" y el orden del día será, más o menos:

  • Lluvia de ideas: ¿Qué demonios son las estrategias? De la definición coloquial al contexto de la enseñanza de lenguas.

  • Tratamiento y clasificación de las estrategias. Ya sabes qué son las estrategias de aprendizaje... ¿las clasificamos?

  • "Bah, lo de las estrategias es una memez..." Dos buenas razones para tratar las estrategias en el aula: el MCER y el PCIC.

  • Los cambios que se nos vienen encima: Alumno, profesor y aula.

  • Los cambios que se nos vienen encima: Manuales, nuevas herramientas y nuevos espacios. Con especial atención la web 2.0.

  • Dificultades: No quiero. No quiere. No puedo.

  • Sobre la evaluación ¿Y cómo demonios evalúo yo eso?

  • Conclusiones.

Pretendo que el taller lo hagamos entre todos, de manera que intentaremos que sea un diálogo continuo. Para hacerlo más ameno, he hecho una selección de materiales que iremos comentando:

  • Manuales, como Gente, que es el que más utilizamos;

  • distintos recursos, sobre todo referidos a la gestión el aula (principalmente de Didactired);

  • y blogs de distinto tipo: Blogs de clase, reflexivos, diarios,...

Quiero que discutamos mucho durante la sesión. Intuyo que vamos a hablar bastante de la web 2.0 y del desarrollo de las estrategias a partir de las nuevas posibilidades de la red social, porque alguno de los asistentes ya me lo ha insinuado. Procuraré, de todas formas, centrar un poco el asunto en la manera de atender estas nuevas necesidades y de evaluarlas, sobre todo de cara a poder establecer unos criterios comunes para los profesores del centro, e intentaré vitar hablar sobre cómo usar estas herramientas. El que quiera puede ir a ver a Emilio a Bruselas.

Como es una actividad interna, no se permite público. Una pena. Para los que no podáis venir, mañana intentaré escribir un resumen de la jornada, con conclusiones, y colgar algunos materiales.

Pd. Ya sé que no tengo que pedir permiso, porque casi todo el material que he recogido de la web está bajo licencia Creative Commons, salvo quizá el blog de Emilia para la editorial Difusión. De todas formas, agradezco de antemano su trabajo a Emilio Quintana, Francisco Herrera, Emilia Conejo, Maribel González y a todos los que de alguna manera, me han dado ideas para el taller.