Fuera de programa: Hacia la prometida introducción de las estrategias en el aula de E/LE.

sábado, 30 de junio de 2007

Con los tres apartados anteriores hemos conseguido más o menos un aparato teórico básico a partir del que trabajar para sacar el máximo provecho posible a la explotación de las estrategias en el aula. En el primero hemos justificado su utilidad y definido el marco en el que vamos a trabajar. En el segundo hemos procurado una definición de andar por casa del concepto, intentando fijar los puntos esenciales que, a nuestro juicio, deberían tenerse en cuenta. En el tercer apartado finalmente hemos propuesto una clasificación muy rudimentaria, pero a nuestro entender muy útil, para el trabajo en el aula.

En las siguientes líneas intentaremos resumir cuáles son los cambios fundamentales que conlleva prestar especial atención a las estrategias en el aula, así como algunas líneas en las que profundizar a partir de esta concepción del proceso de enseñanza-aprendizaje centrado en esta competencia transversal en el aprendizaje que es la competencia estratégica.

La mayoría de los cambios de los que estamos hablando vienen determinados, claro está, por la nueva forma de entender al alumno, no ya como un ente estático, tabula rasa sobre la que verter los contenidos lingüísticos, sino como un agente social, con un pasado, unos intereses y unos objetivos a partir de los que pondrá en juego unas estrategias de aprendizaje para alcanzar su meta, cualquiera que sea. El profesor, así, ha de ser consciente de estas condiciones, y poner a disposición del alumno las herramientas necesarias para optimizar el proceso de aprendizaje. En este punto entra en juego esa nueva y necesaria atención a las estrategias de aprendizaje, ya que el profesor debe potenciar en el alumno los instrumentos para que éste pueda realizar un aprendizaje autónomo, guiado por elementos motivadores que permitan optimizar el rendimiento. El profesor, así, es mediador entre el aparato lingüístico (la lengua y todo lo que ella conlleva) y el alumno, y es responsabilidad de éste último la tarea del aprendizaje, que se concibe como una actividad autónoma, pero desarrollada en colaboración con el profesor y también con los demás alumnos. De ahí, ya lo comentamos antes, la importancia de concebir como sociales los espacios en los que el aprendizaje se lleva a cabo.

Todo esto conlleva además cambios en los manuales que han asumido esta filosofía, tales como la inclusión de más actividades reflexivas, de autoevaluación, etc. Pero, sobre todo, lo que destaca es que la cooperatividad juega un papel fundamental a lo largo de las lecciones, reemplazando el papel de ejercicios y cuadros gramaticales por actividades en las que a partir del trabajo en grupo se van descubriendo los entresijos de la lengua, siempre con elementos motivadores para el alumno, en los que se vean reflejados e implicados.

De otra parte, el nuevo rol que jugamos los profesores nos obliga a introducir nuevas herramientas en el aula, entre las que destacan, claro, las relacionadas con la web 2.0 y las herramientas colaborativas que ésta ofrece. A partir de ellas será más sencillo atender y gestionar elementos que, como los portafolios (del profesor o del alumno), contribuyan a ese aprendizaje autónomo y colaborativo.

A partir de aquí, lo que queda por ver es de qué maneras podemos potenciar la adquisición de estrategias de aprendizaje adecuadas. Para ello, claro, es imprescindible una reflexión general acerca del proceso de adquisición de lenguas, y en nuestro caso del aparato cognitivo ligado al español. La investigación acerca de cuáles son las herramientas colaborativas más adecuadas a este fin se convierte en objetivo primordial, ocupando un puesto destacado las derivadas de la web 2.0.

No podemos olvidar, sin embargo, nuestro papel de profesores en el aula, y nuestra práctica en el espacio físico no debe descuidarse tampoco en este aspecto. Otras herramientas colaborativas y reflexivas, sumadas a un aprendizaje en el que prima la construcción del conocimiento en un espacio social, parecen los aliados más adecuados para este planteamiento.

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