No es sencillo explicar por qué me adentré en el tema de las estrategias. Bueno, en realidad no es tan complicado: En principio fue una cuestión de necesidad. Necesitaba ser honesto con mis alumnos en su evaluación, porque parte de ésta se contempla bajo el epígrade de Estrategias y Cooperación. El resto de la evaluación pertenece a las ya clásicas competencias de comprensión y expresión oral y escrita, y aunque no son tampoco sencillas de evaluar, el reto pasaba por enfrentarse primero al apartado de las estrategias.
Lo siguiente, claro, era introducirse en la numerosa bibliografía que existe acerca del tema desde los años 70, aunque sobre todo me interesaba centrarme en las dos últimas décadas, período en el que ésta ha crecido considerablemente. El problema radica en que, lejos de haber una unanimidad analítica del concepto de estrategia, como en casi todo, eisten distintos enfoques del asunto, de manera que el tema se trata de muy diversas maneras. En lo único que parecían estar todos de acuerdo es en que existe una competencia estrégica, de la que dependen los procesos cognitivos, entre ellos el aprendizaje de segundas lenguas.
El espaldarazo final vino de manos del nuevo Plan Curricular del Instituto Cervantes, y el establecimiento de los Niveles de referencia para el español. Como casi toda actuación del Instituto, la publicación de este Plan Curricular es de una importancia trascendental, porque servirá de referente tanto a profesores como a alumnos. Y bajo mi perspectiva, y por lo que he podido ver, este documento puede suponer, además, un giro decisivo en lo institucional hacia una nueva forma de enseñar español que, aunque ya está encauzada, no termina de cuajar entre muchos docentes y alumnos. Este giro viene sin duda marcado por una nueva comprensión de los dos elementos fundamentales en el proceso de aprendizaje:
- El alumno se define ahora a partir de tres perspectivas como un agente social (que interactúa en una lengua), como un hablante intercultural (que se relaciona en un sistema social complejo, con varias culturas en juego) y como un aprendiente autónomo (que puede aprender por sí mismo).
- Esto obliga, claro, a un cambio, una nueva comprensión del papel del profesor en el aula, no tanto como fuente de conocimiento de la lengua y modelo lingüístico como en el papel de otro agente social que juega el papel de guía del alumno en el aprendizaje, y mediador entre el sistema lingüístico (entendido de forma compleja) y el aprendiz.
4 comentarios:
Vaya, o sea que este es un efecto colateral de la famosa papeleta. Por fin...
Siento mucho perderme tu actividad del día 1, porque lo de evaluar las estrategias fue un empeño mío que se aceptó en el equipo académico a pesar de que no iba avalado por ningún sílabo ni guía de aplicación por niveles.
Mi idea era precisamente la de introducir el tema y forzar a esa reflexión. Es decir, crear la función para que surgiera el órgano. Es el razonamiento que tú haces: tengo que evaluar esto, ¿cómo lo hago?
Yo soy partidario de poner temas sobre la mesa para que haya que pensar sobre ellos, aunque no estén definidos claramente. No todo el mundo está de acuerdo con eso.
Espero que al ser actividad de formación interna se hable de cómo ve cada uno esto de las estrategias. Se podrían aunar algunos criterios, a la espera de que cuando hagamos el PCC a partir del PCIC trabajemos sobre ello y nos sirvan.
De verdad que lamento no poder estar.
Toda la razón del mundo, Emilio. Si te soy sincero, lo pasé horriblemente mal para rellenar mi primera acta de evaluación.
Mi idea también es la de aunar criterios y provocar una reflexión conjunta al respecto... Espero que la gente se anime a participar activamente en la discusión.
Y sí, es una lástima que no puedas esta, porque, quieras que no, la voz de los profesores titulares siempre tiene algo más de fuerza que la de un pobre colaborador.
Bueno, siempre nos quedará e blog...
Humm, horriblemente mal... Ahora tengo mala conciencia.
En el fondo, no es para tanto. Lo que había antes era algo así como "participación", de modo que se trataría de valorar un poco lo mismo que antes: participación, trabajo, progreso, etc... pero teniendo también en cuenta la competencia estratégica.
Como digo, la idea era suscitar la reflexión a partir de la necesidad, pero de una forma relajada. Es solo el 10% de la evaluación y además no es decisivo para pasar de curso. No es para pasarlo tan mal al evaluar, o así lo veo yo.
Lo interesante es que de ahí surja esta actividad de formación. Espero que la gente acuda y sea posible llegar a algunas conclusiones sobre el tema, juntando lo que dice el PCIC y la opinión y experiencia de cada uno.
Y que lo que se diga no se pierda.
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